Epifanía
El reloj de la estación marcaba las 7:30 am. El tren que usualmente tomo había llegado 15 minutos tarde según el itinerario oficial. A mi alrededor, las personas caminaban como si el piso les quemase o se hundiese cada vez más. Era, tal vez, el momento en que más energía era utilizada durante la primera parte del día. Una vez en el trabajo o las clases, estarían confortablemente sentados y el único desgaste adicional que tendrían que hacer sería buscar conversación para dispersar el estrés o la tensión cotidiana.
Esta mañana me sentía caminando sobre las nubes y no por el hecho de que estuviera confiado en llegar temprano (casi siempre madrugo para observar ese ir y venir de gente, voluntariamente ajetreada). Simplemente me sentía agradecido por un cómodo descanso y emocionado por las cosas nuevas que me esperarían a lo largo del día. Estaba como acompañado de una gracia única y mucho mayor a mí mismo; muy distinta al desconsiderado placer de ser el último en abordar el tren para llegar a un destino en común y retrasar, aún más, el penoso recorrido de quienes esperan una sanción por haber llegado tarde.
1. Describa el estado de ánimo del narrador. Use sus propias palabras.
2. ¿El narrador llegará a tiempo a su destino?
3. ¿Es el narrador una persona egoísta o generosa? ¿sincera o falsa? Señale sus características y justifique su respuesta utilizando ejemplos de la lectura.